domingo, diciembre 03, 2006

Tollwood

Esperpento extraño donde vendían salchichas y bocadillos en el mercado de figuritas de Belén

Bufff, de nuevo posteando, que parecía que ésto estaba más muerto que el blog de Juaniki, jejejeje.
Bueno, la semana ha pasado volando como podéis imaginaros sobre todo ahora que se ha ido mi querida novia. Partió el viernes (que dolor, que dolor, que pena) y llegó sin pegas.

Puestecillo de flores y adornos en Virktualenmarkt

Durante el resto de la semana, intentamos hacer cosillas juntos, pero lo mejor fue el jueves que me lo tomé libre. Ese mismo jueves abrían Tollwood. Tollwood es un mercadillo que montan donde ponen la Oktoberfest (Theresienwiese) y venden cosillas y todo eso. Como los puestos de los hippies, pero a lo bestia. La verdad es que está muy bien y puedes comer todo tipo de comida étnica y todo eso, aparte de los puestecillos. Montan unas carpas enormes y dentro están todos los puestos. Lo de las carpas es una idea genial, pues si llueve o nieva no es un impedimento para ir a Tollwood.
Pues estuvimos deambulando por la ciudad el jueves viendo Tollwood y el Weinachtmarkt (otro mercadillo) que montan en el centro, en Marienplatz. Además, nos comimos unos bocatillas típicorum alemanes y probamos el Glühwein en una tienda rollo raro que han montado junto a una pista de patinaje sobre hielo en Karlsplatz.

Comiendo bocatilla y bebiendo Glühwein

El Glühwein es una porquería que hacen aquí que está más dulce que comerse una dos colmenas a bocaos con abejas y todo, y que consiste en vino tinto caliente con miel y especias, al más puro estilo medieval. Al principio es un poco raro eso de beber vino caliente, pero cuando consigues que no te rayen los dientes la azucar, le coges el puntillo y no está mal. Es supertípico en navidad, y además, con el puñetero frío que hace, se agradece una barbaridad que esté calentito. Entras en calor en un santiamén. Se ve la gente recorriendo el mercadillo con las tacitas calientes de Glühwein, muy rollo ambiente navideño.

Macamen también le pegó al vinillo caliente...

El viernes acompañé a Macamen al aeropuerto y a la vuelta, como era tarde, me fui al centro otra vez para comprar el regalo de amigo invisible para el sábado (ahora lo cuento). El plan fue tranquilón, cena y películita (o serie de las mías, para ser más exacto) en casa.
El sábado estuvimos de Bricomanía. Estamos ayudando a Carlos que ha alquilado unas oficinas para abrir la oficina de la empresa y estamos adecentandola entre todos. Cuando digo Bricomanía, lo digo en serio, cambiando enchufes, pintando las paredes y techos y cambiando la moqueta en el suelo por un parqué laminado, como auténticos profis de la materia. Eso sí, más lentos que el caballo del malo, pero está quedando de arte. Ni que decir tiene que como decía la copla del Yuyu, en media hora estaba lista, me refiero a la cintura, claro, jejeje. El palizón es de envergadura y luego habíamos quedado, así que no puedo entender como conseguimos arrastrarnos hasta el local.

La pista de hielo en Karlsplatz

Todos los años, la colonia ingenieril española, que por hache o por be, nos conocemos un poco, hace una especie de cena o quedada de por navidad. En dicha fiesta, cada uno lleva un regalito en plan amigo invisible y luego se intercambian con el consiguiente cachondeo del personal y todo el rollo. La fiesta estuvo bastante bien, y se agradece salir en un ambiente donde entiendes la conversación de los que están al lado tuyo. El problema es que fue una de esas noches tontas, cuando no te apetece salir y terminas a las 6 de la madrugada en cualquier garito. Además, fuimos participes de un espectáculo increible en el que dos tipos se comían, literalmente, a una alemana. Resultó, para colmo de males, que uno de ellos era un mejicano de mi equipo de rugby, Fausto, que habeís visto en alguna foto de este blog, y un brasileño, Rogerinho, excompañero de piso de Vevi. Estaban intentando entre los dos camelarsela, y parecía que la alemana lo que quería realmente era un trío, pero más me he reído esta mañana cuando me he enterado por parte de Vevi que tanto interés de la alemana por el trío terminó en que se fue a casita sola, cuando los dos la dejaron por imposible, jejeje. Y es que, como dice el refrán, más vale pajaro en mano que ciento volando.
Hoy ha sido uno de esos días estúpidos que se pierden cuando hay que recuperarse de la juerga del día anterior, y me he tirado toda la tarde charlando con unos y con otros por el messenger, así que escaso tiempo he tenido ni para escribir este post. Tengo unas fotillos preparadas para subir, pero el blogger está cachondo y de momento no me permite subir fotos, así que cuando se arregle, las posteo para que las veáis.

Marienplatz de noche...

Un abrazo a todos, ya estoy de vuelta, jejeje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigo, aqui estoy otra vez, he estao un poco desconectao stos dias, y seguramente ahora q viene el finde lo volvere a estar, q le voy a hacer ya solo me quedan dos fines de semana para salir con mis amigos portugueses. Solo darte una advertencia, alejate de la pista de hielo, aqui en torres cuando llega navidad abren una, y claro la gente se piensa q es facil, y se calzan los patines y se van a patinar, NOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!, no hagas eso, el año pasado fue el primer año q abrio en torres, y en un mes, se tuvieron q operar a seis o siete fracturas de femur, otras tantas cadera, y algun brazo, sin contar las innumerables suturas en cejas y otras partes del cuerpo, y el diente clanvado medio centimetro en la encia de uno de los profesores. Por eso amigo no te acerques a menos de 10 metros a esa pista, es mas seguro saltar de un avion para hacer caida libre. Un abrazo, y repito no es broma, los q nunca habeis estao en una pista de hielo, seguir sin hacerlo.

Anónimo dijo...

Hola Pedro, me llamo Matthäus y soy de Múnich. (aunque ahora estoy en Madrid por Erasmus)
Sólo quiero decirte que ahí en Múnich la gente no le gusta decir Karlsplatz. Mejor sería llamarla Stachus (véase también Wikipedia)
Vale, que los pases bién!

Carcadiz dijo...

Hola Matthäus, acepto tu sugerencia y a partir de ahora diré Stachus, jejeje. Ya me he informado y enterado del porqué. Gracias por dejarte por el blog y que disfrutes de España tanto como yo de Alemania.

Gordito, te haré caso y me mantendré alejado de las pistas de esquí, no quiero estar todas las navidades escayolado, jeje.