Integración total

El día de ayer fue un día complicado.

Como ya advertí en el post anterior, ayer llegó Macamen para pasar una semanita en München conmigo. El peñazo es ir hasta el aeropuerto, volver a casa y volver al trabajo. Eso te lleva de 3 a 4 horas. He de explicar que el aeropuerto, como suele ocurrir siempre, está más o menos donde cristo perdió el mechero... Así que hay que pillar un tren hasta allí (aquí lo de los trenes y los metros es la misma cosa, solo que cuanto más lejos vayas, más pagas, vamos, como en todos lados).

Por motivos económicos sale de dentro de uno todo lo español que lleva dentro, así que se pone uno a hacer cálculos de pago para no viajar en negro (que conste que lo de viajar de negro se dice literalmente así aquí, que no se me ofendan los morenos... jejeje).
... Divagación: "...si me compro la tarjeta semanal hasta el anillo 4 y me llevo la mía, pues me sale por 15 lerus... .... más un billete de grupo diarío... ... y me llevo dos... ... bajandome en Feldmoching... ... pico de nuevo... ... dividido por la raíz cuadrada de Hitler... ... y así es más barato!" Anda que no somos nadie optimizando gastos. Probablemente todo el esfuerzo mental no compense los 2 o 3 euros a lo sumo que te ahorras, pero lo que seguro que sí compensa es la satisfacción de saber que te has aprovechado del sistema y te has reído del "sijoputa" que pone los precios de los billetes... ¡mwuahahahaha! Es lo que tenemos los españoles, nos contentamos con poquita cosa, oye.

De vuelta al trabajo dejé a mi novia de compras por el centro con Vevi, la novia de mi compi de piso Eduardo. He decidido regalarle un disfraz de Heidi. Sé que suena a paranoia, pero es que por mi madre que ese es el aspecto que tienen las bávaras (que también bárbaras) cuando se ponen el traje típico regional, muy de moda ahora por Oktoberfest. Como ya sabéis, a mí es que me mola disfrazarme y creo que se me va la pinza proyectando mis tonterías sobre ella. De todos modos está guapísima (o al menos a mí así me lo parece) y como dice ella, ya tiene disfraz para los próximos carnavales... jejeje.

Antes de volver a casa por la noche nos tomamos una birra en un bar supercutrechungodivertido que conoce Vevi. Es una especie de tasca a lo alemán pequeñita y con un árbol dentro. Cuando construyeron la casa quitaron el arbol, lo vaciaron y lo volvieron a colocar dentro del pequeño bar. Siempre hay por allí los típicos parroquianos de bar de barrio que se sorprenden al vernos entrar. De hecho uno se acercó y nos hizo una foto y se puso a charlar con nosotros. Iba pa dar dos viajes la criaturita, con más tacos que matusalén y una chupa motera llena de chapas de los tiempos de maricastaña.
Lo mejor de todo fue descubrir que a Macamen, que no bebe practicamente alcohol y que no le gusta la cerveza... ¡sorpresa! Le gusta la Weißbier, jejejeje.

Tan solo un día en München y ya la he integrado a saco. Aunque eso sí, no la saques del "hola", "adios", "gracias" y "de nada" en alemán, que se pierde...