martes, octubre 17, 2006

Bricomanía

Que mejor cosa para hacer un domingo que levantarte temprano y dedicarte a Bricomanía. Pufff, en verdad se me ocurren un montón, a quién quiero engañar.

Tararará tararararara, tararará tarararara. Tararará tararararara, tararará tarararara. Tarararará, tarararará rara, tarararará, tarararará, tará.

Por si alguno no lo ha pillado, estaba tarareando la cancioncilla de Bricomanía.

El viernes después del curro me fuí hasta una megamacrohiperultraferretería de esas en plan Leroy Merlin, el OBI, y compré algunas cosillas que me hacían falta para semejante tarea. El domingo por la mañana hice mi poquito de masilla y me dediqué, con la espátula a ir tapando todos los boquetes de mi pared y algunos que pillé por la casa. El problema de vivir en un piso que va pasando de mano en mano, es que los distintos inquilinos hacen sus propios boquetes en las paredes que tienden a no encajar con los gustos del que viene después, por lo que la profusión de agujeros en la pared, es más que considerable. Además, en mi piso, nos desviamos un poco de la norma alemana con los alquileres, lo que no ayuda nada. Aquí en Alemania, la costumbre es que el que sale del piso de alquiler está obligado a pintar su habitación. En teoría está muy bien, pues te asegura que el que llega se lo encuentra limpio. Además, la costumbre es vender los muebles al que entra por tí en el piso. Pero en mi piso, por costumbre se deroga la obligación de pintar que recae en el que entra en el piso a cambio de no pagar nada por los muebles comunes, que hay unos pocos.

Es un buen trato. Pintar, sobre todo si lo haces tú, sale más a cuenta que pagar por los muebles comunes, que incluyen lavadora, sofás, congelador, televisión, etc. Lo que pasa es que como la responsabilidad de pintar recae en el que entra, pues no tienes obligación real de hacerlo, si quieres vivir con las paredes llenas de mierda, tú mismo. De todos modos, no es para tanto. Las paredes de mi habitación no están tan mal, tienen los típicos rayazos de muebles y eso pero no es para morirse. De todos modos, quiero pintar la habitación, y a lo mejor pinto una pared con un color claro que pegue, ya veremos.

Una vez tapados los boquetes de la pared, me puse a taladrar para poner espiches y alcayatas y colgar los cuadros y fotos que tenía pendientes. A Vevi le encanta pintar y me ha regalado un cuadro muy chulo que todo el mundo dice que son flores amarillas, pero a mí me recuerdan a un montón de jarras de cervezas juntas vistas desde arriba (creo que la Oktober me ha frito el cerebro, jojojo). Además, cuando estuvo aquí Macamen, me hicieron entre las dos un cuadro muy guapo que tengo sobre el cabecero de la cama. Además de los cuadros, me traje las fotos que nos hicimos el coro al salir del escenario en el Falla y las he enmarcado y colgado al lado del poster del cartel del coro de este año. Todavía me quedan detallitos para terminar de sentirme a gusto del todo, como colgar mi azulejo "Aquí vive un pisha de Cai" (sí, tengo uno, regalo de mis suegros y me encanta, me parece totalmente "caletero", jajaja, si no ?por qué me lo habría traído a Alemania?), o comprarme unas cortinas, pero todo se andará.

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