La lasaña y la caló

Heike, la profesora, junto a mí y Leena al otro lado. A Joyce y Cati ya las conocéis

Me pasa por bocas. Siempre me ha pasado. Es lo que tiene haber heredado el vacileo de mi padre. Así que haber comentado... "a mi me sale la lasaña mu bien" pues es como una invitación a ponerse el delantal del tirón.

No es que me moleste, de hecho me encanta cocinar para la gente (muchos de vosotros habéis sido invitados a mis días de cocineo en Sevilla), pero cocinar con 32º y un montón de gente cerca es otra cosa. Al menos me ha servido para descubrir que me gusta cocinar tranquilo, a mi aire, y además en mi cocina. Estabamos en casa de Joyce.

Aún así, la velada fue bastante buena. Y que ni decir tiene que las lasañas también estaban buenísimas.

Y digo bien, lasañas, porque tuve que montar 3. ¿Por qué 3? Aquí es donde empieza lo divertido. Resulta que Leena, a quien podéis ver en la foto es de la India. Supongo que además es hinduista, por lo que no puede comer ternera. Ya sabéis, la vaca sagrada y todo eso. Además, Joyce no quería comerla de cerdo por aquello de que engorda y tal (menuda gilipollez, pero bueno, la carne es carne) así que tuve que preparar una como siempre 50% y 50%, otra de ternera y otra de cerdo.

Resultó al final que se colaron unos amigos de Patrick, el novio de Joyce, así que me ví haciendo lasaña para medio regimiento. 4 horitas de nada cocinando con los chorros de calor cayendome por la cara. Pero bueno, cuando se sienta uno en la mesa y se la come merece la pena.

¡Vaya! Llevo todo el post hablando de comida y son las 2 casi, que hambre caraho.

Después de cenar nos pegamos un buen rato charlando de una cosa y de otra, así que estuvo bastante agradable el día.

El fin de semana se plantea aburridote. El martes tengo un exámen y tengo que estudiar (aunque me prometí que no volvería a hacerlo nunca más) por lo que no creo que me surjan planes. Además, Carlos y Anna están este finde en España. Ya veremos que tal va la cosa.

Me voy a comer. Tschüs!!