Huevos de acero

Voy a haceros una confesión. A lo mejor me estoy dejando llevar por la chorrada de este blog y no debería hacerlo, pero es que yo soy así de abierto. Los que me conocéis bien sabéis que no tengo reparos a la hora de hablar de mis cosas con la gente que quiero y como sé que los que leéis este blog sois todos del carajo (ufff, que peloteo más evidente) pues creo que puedo aventurarme con la confesión.

Bueno... Ahí va...

¡TENGO LOS HUEVOS DE AMIANTO!

Sí, sé que suena vulgar así dicho pero es la verdad. Para los más finos y distinguidos quedaos con la siguiente afirmación:

Tengo los testiculos de un material metálico de una dureza considerable cercana a la del diamante.

¡Eah, pa que no te me quejes!

Dicho así puede sonar extraño, pero tiene una explicación. Por alguna extraña conjunción mística lunar o algo así, (abstenganse de leer lo siguiente los debiles de corazón y escrupulosos varios) se me joden todos los putos pantalones por la entrepierna... Estoy hasta las narices, ¿de qué hacen los vaqueros hoy en día, de gomaespuma? Sí, ya sé que diréis, "es que estás gordo, pisha", pero leches, tampoco soy el muñeco de michelín. Cada vez me duran menos unos vaqueros. Me compré uno antes de venirme a Alemania y ya han empezado a joderse por la entrepierna. El coñazo es que ahora me tengo que comprar otros vaqueros, y tampoco está la economía pa ir derrochando... asco de ropa porqueriosa.

¿Qué hay que hacer en esta vida para tener un pantalón en condiciones? Creo que esta pregunta ha de ser elevada a la categoría de pregunta fundamental, junto con esas que dicen ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Es la respuesta a la Pregunta Definitiva de La Vida, el Universo y todo lo Demás, realmente, 42? (Esta última va dedicada a los que sepan que es la guía del autoestopista galáctico)

Nuevos episodios próximamente en tu blog preferido...